viernes, 23 de abril de 2010

A petición o a conciencia pura.

Nadie volverá a saber de mí… Ni siquiera yo.

martes, 20 de abril de 2010

Hellig Krig

Naci de un suelo seco y hendido.
Mi cuerpo es deforme y torcido, agrietado, duro y debil.
Me arrastro en la piel de una quimera. Respiro en el fuego de su

craneo y me nutro de la leche que emana su boca tibia y ruin.
Me he amalgamado en la crueldad de sus garras y por ellas y en ellas

me he acorazado terriblemente, sin embargo, temo abrazar el suelo,

rodar y estrellarme ciegamente en alguno de sus doce ojos de piedra

o en sus fauces de marmol.
No pretendo escapar de su morada, pues, la pasion y la libertad

fulminarian mi coraje sometido y mi cabeza revuelta.
Explotaria y me volveria incandescente, perfecta, y la voluptuosidad

destruiria a la quimera idiota que di a luz en las danzas con las

menades.
Ella poseyo el cantaro que contuvo el vino amargo del que bebi para

engendrarle. Su ardor mantiene viva mi aversion. Si se aleja, el frio

acomodara mi alma y volveria al centro, tranquila, pasiva, tremula.
En la linea, me Inmutare, morire.
En el circulo, conjurarle en la mazmorra y volverle un verme dentado

que mancille mis labios a dentelladas desesperadas de bestia exitada

y con lagrimas en su ojo unico, suplique.
Le soplare para destruirle en mil particulas y se confunda. No sepa

quien es y se aleje mas de si, se esconda en la tierra y recuerde a su

madre, que soy yo...
Silencio...
La luz del astro vespertino llama.
Autodeborada me atraganto en alaridos y llantos freneticos añorando

la existencia completa de la abominacion donde acariciaba mi cuerpo

mientras me arrastraba contra el suyo.
Condenada a engullir mi propia carne, he escupido un hueso de entre

mi ahora hocico y puedo sentir como su tacto liso provoca arcadas en

la traquea. Es asi como del asco, siempre recuerdo, recuerdo a

Asterion, al que lacere con una de mis dagas, por

accidente, por gusto...
Su olor virgen en mi memoria re estructura mis ser que poco a poco logra extenderse entre las voces de mi pasado y la calma suave que provee la Tierra.
Ahora soy un aguila y en el desierto, laberinto de arena, espero entre cadaveres a la quimera degollada y a Asterion herido.

domingo, 18 de abril de 2010

Siempre que un hombre le habla a su mujer
yo le creo; le creo todo lo que le dice a otra que soy yo misma
siento la belleza y la fealdad con nostalgia de aquellos cuerpos reales que caminan con la certeza de su solidez, con la indiferencia común y agradable de sus pies que pisan confiados en que el mundo esta debajo, dándole peso a sus caderas, completando expresamente su forma, cediéndoles gravedad. La rabia de mi sexo muerde con su tristeza puesta en la ternura. Pienso en las caras que se miran y se reconocen, las manos que palpan, el fuego verdadero que es un vientre femenino y me pongo mal de ser un fantasma que husmea la vida para aferrarse a algo que ya le arrebataron.
Cintura furiosa todo lo desbordas
corpóreo el menosprecio de su propio centro
soy la sombra pavorosa que es el cielo
la bandeja donde el mundo esta vertido
la maldad con que la envidia de lo humano invade el cuerpo de la intuición y del silencio
soy el silencio mismo
no importan cuerpos o palabras
cercanía o distancia
nada me penetra porque el todo se sirve sobre la piel de esta piel para que los demás se muevan por encima de mí ser, por encima de mi suelo, soy el escenario fértil,
la realidad es mi hombre y me hace daño me niega me desprecia me olvida.
No tengo ganas de nada excepto que el fuego de mi deseo me destroza.

miércoles, 14 de abril de 2010

Enterrada en el fuego





Camposanto... Martes, a la luz del sol... Época oscura... cuerpos no bautizados, paganos, brujas, homicidas, caníbales, pederastas, hechiceros, alquimistas, deformes, enanos, locos, piratas, profetas y borrachos.

Estoy muerta.

Hay ratas negras con sarna pasando por mi cara y los gusanos me muerden el esófago, las fosas nasales y la lengua, en movimientos que provocan una extinción extraña... necro ninfomania y para filia larvatica...

Hay en mi boca un hilo purpura que se pudre conmigo...
El corazón ya ha sido removido y disecado hace algunos veranos, pero aun siento esta abominacion carmesí y esta rigidez que se la debo no a la muerte sino al odio.
Aun corren lágrimas por mi piel carcomida. pálida y helada de la rabia que me provoca tu recuerdo mas vivo que yo.
Aun crecen las uñas y el cabello con la única intención de arrancarte la carne, los ojos, las piernas y asfixiarte con un fino pelo que con suerte llegue a abrazarte la traquea mientras pierdes ese brillo en tu ojos de abismo que tanto ame, podre sonreír con una carcajada anime (muejejeje) mientras el oxigeno te abandona y me meso en tu regazo asqueroso y expectante... No, no va a ser la ultima vez... la muerte es eterna, como este instante.
Voy a morder para siempre tu brazo izquierdo que paso por mi cráneo y con el que en vida te vi apretar miles de veces (repetidas en mi mente) el vaso de alcohol cuando pasaba por la mesa de billar donde te recargabas y donde quise masacrar tu cabeza perfecta y tu cabello ondulado que se alborotaba en las noches negras cuando escuchábamos cosas del diablo y nos burlábamos de cosas que evitamos, porque así era mejor. El trauma es primero.
La escobas barren conmigo, transmute en un montón de polvo y carroña, señor buitre fino, se que ya no descansa en aquel árbol donde esperaba pacientemente a que me descompusiera...
Estoy destrozada. Levantare la uña mas larga de esta mano que aun no han devorado las larvas y con la ultima fuerza alcanzare a destruir mi hígado que aun palpita cuando pasea mi fantasma por tu cabeza...
aun escucho mi voz en gemidos de dolor alegre.
Y lo llevo a mi boca antes de que todos ellos me acaben...Sabe a tierra.

martes, 6 de abril de 2010

Revelaciones de arriba y abajo

Solo estoy seguro de lo que se, da igual si es verdadero o erróneo, pero es mío y ante eso cualquier fuerza me parece ajena, Y bajo ese mismo estandarte os/me declare la guerra. Para lograrlo baje a las profundidades de la tierra. Cruce el rio turbio que dividía al mundo efímero y al eterno, respire aquellos putrefactos gases que nadie más se atrevió a pensar, (ah que buenos alucines me dieron). Descendí un poco mas por esas escaleras que eran iluminadas por luz negra, tome prestado un poco del fuego casi sin brillo que de alguna forma purifica por igual, con el rompí las cadenas que me hacían volver a la superficie. Ahí me sentí libre después de36 horas de descenso, (es curioso empecé una media noche y termine una media noche) llegue y me pare frente a una gran puerta gris que cambiaba de forma y tamaño, en el centro de la puerta había dos caras monstruosas que a veces se tornaban a rostros de mujeres/hombres muy hermosa(o) s, era como si murieran y renacieran. El calor que exhalaban aquellas caras a veces familiares, podía verse, incluso tenía color, forma y sonido, como si un montón de siluetas salieran y se devolvieran por sus narices, en medio de gritos y nombres que jamás entenderé.
También me sorprendió que ya no hubiera guardián, que resguardara la entrada o salida de ese lugar, una vieja espada oxidada quedaba como señal de la última batalla que se libró, quizás el guardián abandono su puesto. Ahí es donde me pregunte ¿Qué salió o que entro por aquella puerta?
Se abre la puerta…
Y al abrirse de ella escapo humo con forma humanoide, con sonido, color pronunciando, algunas verdades o nombres que ya sabemos y no conocemos fue el mismo humo que custodiaban los rostros. Cuando cruzaron el rio turbio se fusionaron con él. La gritadera desapareció, Como si aquellas verdades y nombres se hubieran quedado en esa agua estancada.
El olor era insoportable, no puedo decir que era comida o algo muerto, ni mucho menos cometer la estupidez de decir: es azufre (como hacen varios en mi posición). Era como si fuera todo y nada a la vez. Decidí cruzar aquella puerta.
Que fue lo que vi, no era más que un pasillo apenas iluminado por aquellas antorchas de luz negra, en las paredes símbolos viejos, algunos rayados, otros borrados, otros extraídos. Me dio la impresión de que algunos habían sido robados y llevados a la superficie. Camine hasta toparme con un espejo roto.
Del el espejo roto salió un hombre y se mezclo entre las sombras como si estas comprendieran la mayor parte de su cuerpo, en su cintura traía un libro desojado, en su mano izquierda una espada que jamás utilizo, y en la derecha un escudo agujerado, que con él siempre se defendió. Su rostro en aquella oscuridad parecía ser hermoso y joven. Pero cuando lo tocaba la luz negra, este rostro se tornaba, al de un viejo ya sin ojos, sin nariz y labios. Ni siquiera imponía presencia era como si no estuviera ahí, el no era ahí (JAJA).
Aun así su voz resonaba por todo el umbral, pareciera como si su verbo se hubiera impregnado en aquellas paredes viejas, por tanto repetir lo mismo una y otra vez. Era un sortilegio bien hilado, pero no difícil de romper.
Y empecé a hablar con el mago, y de su boca tan solo salieron verdades, y esas verdades siempre habían sido las mismas. Discutimos sobre el inicio de todo, pero cada vez que le preguntaba por el final, me cambiaba el tema.
¿Por qué quieres ser como los Dioses? ¿Acaso no te conformas con lo que ellos te dan?
El era aquello que murió y renació, pero se negó a morir una vez más. Él era el mago que quiso ser eterno y perdió dentro de su eternidad, edifico un templo para que de este se sirvieran los mortales, el que dio y privatizo esas verdades, de tal forma que nadie se dio cuenta cuando él se resbalo. (La caída, que la disfrazo con una enorme cruz, una enorme estrella y una enorme luna.) El ya no era.
Intento enseñarme aquel conocimiento que el manejaba, y que yo jamás había escuchado. Pero mucho asco sentí cuando en su rostro mortuorio, se trasformo en el mío. En ese momento tome una antorcha de luz negra, se la arroje a su túnica de sombras, le di la espalda, corrí hacia la puerta que se cerraba lentamente, me dio la impresión que se consumía en aquello que evito por segunda vez.
¡Logre salir!.
Mientras escuchaba mi voz atrás, gritando toda clase de maldiciones, subí las escaleras cruce el rio estancado, la pared de los putrefactos gases que dividían el mundo efímero y al eterno. Salí de las profundidades de la tierra, respire de nuevo, no mire atrás, para no volver verdadero su verbo percedero.
Pensé que lo mejor que le pude hacer a ese anciano era dejarlo morir, puesto que ya no era ni mago ni nada… Era como una especie de nigromante tejido en una vieja verdad estancada. El templo se había ya derrumbado y hecho obsoleto, por eso esas verdades que fundaron mi mundo ya no eran más mis verdades.
De los residuos algo saldrá, quizás era mejor olvidarlo todo, nombres y formas. Comprendí que había llegado al viejo templo. Tardare toda una vida en encontrar el nuevo templo, si es que aun lo han construido. Ante esa nada que encontré me reconstruiré y terminare mi guerra. Desperté y regrese.
El nigromante es el mago o aquel que no acepta el cambio… entonces se derrumbo el viejo templo. caput mortum
¿Y ahora que?

Inter-Meta-Real

Reflejé la imagen de dios en la esponja del idiota que escupía fuego y se desangraba lentamente por culpa de las cortadas hijas de la mediocridad… plante un símbolo en su frente y me convertí en el sacerdote, pensé después; que me hubiera gustado ser ese que escribió para enfermar… para hacer suyos a los otros…. Encaminando el pensamiento a la divinidad real que se entiende solo por quienes la conocen y se interpreta por todos los demás.
En el sueño de magia, no de fantasía, espere siglos para cabalgar la salamandra que conoce lo oculto. Nos expulso la hoguera, supongo que mi cuerpo me faltaba, supongo que no lo necesitaba, pues iba tan rápido… solo el fénix despedido de donde pertenece pudo dejarme atrás con tanta facilidad, le pedí a la salamandra que lo alcanzara, contestó que prefería seguir con su vida negativa que morir con la vista del fénix clavada en su mirada como una lanza extirpadora de verdades y malas artes.
Salamandra se detuvo… pensé que se había cansado, miro mis ojos y con los suyos señalo la puerta, me acerque y ya en frente de esta, solo me arrodille y pedí a mi conciencia la respuesta, la forma, la LLAVE.

Siempre.
Siempre quise.
Siempre quise un.
Siempre quise un simple.
Siempre quise un simple ser.
Siempre quise un simple ser compuesto.
Siempre quise un simple ser compuesto de conciencia.
Siempre quise un simple ser compuesto de conciencia y.
Siempre quise un simple ser compuesto de conciencia y verdad.


Reté la rara red de ramas rotas y ruinas robadas de ríos rojos.

El símbolo que alguna vez plante en la frente del nihilista del ser de espíritu débil, lo arranco al voltear a las comodidades de su pasado teatral… su acto y su obra de espectadores como él.

lunes, 5 de abril de 2010

Las cosas que me importan
son puras cosas estupidas
es decir que carecen de inteligencia de sentido común y de lógica
no las defiendo porque no me necesitan
y hablan por si solas sin tener que usar la palabra
tengo más poesía en la mano izquierda que en la derecha porque cuando escribo con esta en lugar de palabras salen formas feas que no llegan a ser letras.