miércoles, 14 de abril de 2010

Enterrada en el fuego





Camposanto... Martes, a la luz del sol... Época oscura... cuerpos no bautizados, paganos, brujas, homicidas, caníbales, pederastas, hechiceros, alquimistas, deformes, enanos, locos, piratas, profetas y borrachos.

Estoy muerta.

Hay ratas negras con sarna pasando por mi cara y los gusanos me muerden el esófago, las fosas nasales y la lengua, en movimientos que provocan una extinción extraña... necro ninfomania y para filia larvatica...

Hay en mi boca un hilo purpura que se pudre conmigo...
El corazón ya ha sido removido y disecado hace algunos veranos, pero aun siento esta abominacion carmesí y esta rigidez que se la debo no a la muerte sino al odio.
Aun corren lágrimas por mi piel carcomida. pálida y helada de la rabia que me provoca tu recuerdo mas vivo que yo.
Aun crecen las uñas y el cabello con la única intención de arrancarte la carne, los ojos, las piernas y asfixiarte con un fino pelo que con suerte llegue a abrazarte la traquea mientras pierdes ese brillo en tu ojos de abismo que tanto ame, podre sonreír con una carcajada anime (muejejeje) mientras el oxigeno te abandona y me meso en tu regazo asqueroso y expectante... No, no va a ser la ultima vez... la muerte es eterna, como este instante.
Voy a morder para siempre tu brazo izquierdo que paso por mi cráneo y con el que en vida te vi apretar miles de veces (repetidas en mi mente) el vaso de alcohol cuando pasaba por la mesa de billar donde te recargabas y donde quise masacrar tu cabeza perfecta y tu cabello ondulado que se alborotaba en las noches negras cuando escuchábamos cosas del diablo y nos burlábamos de cosas que evitamos, porque así era mejor. El trauma es primero.
La escobas barren conmigo, transmute en un montón de polvo y carroña, señor buitre fino, se que ya no descansa en aquel árbol donde esperaba pacientemente a que me descompusiera...
Estoy destrozada. Levantare la uña mas larga de esta mano que aun no han devorado las larvas y con la ultima fuerza alcanzare a destruir mi hígado que aun palpita cuando pasea mi fantasma por tu cabeza...
aun escucho mi voz en gemidos de dolor alegre.
Y lo llevo a mi boca antes de que todos ellos me acaben...Sabe a tierra.

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